Ya sabes que muchas de tus ventas dependen de la forma en que te comunicas con tus clientes.

Seguro ya lo has experimentado:

  • Algunos emails se abren más que el resto porque tienen un mejor asunto.
  • Algunas páginas de venta tienen más clics que otras porque están mejor estructuradas.
  • Algunos posteos en redes sociales tienen más interacción que otros.

La forma en que escribes y comunicas desde tu marca es fundamental.

Sin embargo, no es que se pueda aprender a escribir como todo un profesional de la noche a la mañana. Los cursos de copywriting cuestan, en promedio, unos USD 1,000 (por lo menos).

Por suerte, con saber una sola técnica, ya darás un paso al frente de tu competencia de forma inmediata.

 

Hora de cambiar el enfoque

Una de las bases del copywriting es que el texto debe enfocarse en el cliente, en el lector… no en el emisor del mensaje (el negocio, empresa o emprendedor).

Se trata de crear un texto que le interese a tu público, no uno que solo te guste a ti.

Por eso, es importantísimo que tengas un avatar o retrato de tu cliente ideal.

  • ¿A quién le estás vendiendo?
  • ¿Qué le interesa?
  • ¿Qué tipo de contenidos consume?
  • ¿Por qué te leería?
  • ¿Cómo puedes aportar valor a su vida?

Todo esto es esencial a la hora de poder crear un mensaje que verdaderamente impacte en el lector.

 

De qué hablar: beneficios

Una lección básica de copywriting es hablar siempre de beneficios, no solo de características.

Veamos un ejemplo para que esto se entienda mejor.

  • En vez de hablar de una batería para notebooks de X capacidad energética… mejor hablar de que el usuario obtendrá 10 horas de autonomía, así que no tendrá que estar llevando el cargador a cuestas cuando sale con su computadora.
  • En vez de hablar de una cámara de X pixeles… mejor hablar de las fotos de alta calidad que podrá tomar la persona para inmortalizar sus recuerdos.
  • En vez de hablar de un curso intensivo de inglés de 12 meses… mejor decir que el alumno hablará fluido y podrá llevar conversaciones con nativos sin problemas.

Se va entendiendo la idea, ¿no?

La cuestión está en centrar el mensaje en lo que el cliente obtendrá a través de su compra, no solo en lo que va a comprar.

 

Cómo hacer para encontrar los beneficios

Siempre que hables de una característica de tu producto o servicio (es decir, que lo describas), haz estas preguntas:

  • ¿Qué aporta esto a la vida del cliente? ¿Cómo va a cambiar su panorama?
  • ¿Qué pasaría si esta característica no existiera o fuera diferente?
  • Y la más importante: ¿para qué sirve esto?

Con estas preguntas llegarás al meollo de la cuestión, es decir, al beneficio principal que representa tu servicio o producto para el cliente.

 

¿Qué beneficios tienes para ofrecer?

No es una cuestión de que dejes de hablar de características por completo. De hecho, hablar de ellas es muy importante.

Sin embargo, solo las características no despiertan interés.

Lo que quieres es atraer, llamar la atención y que el cliente se imagine ya cómo sería su vida después de adquirir lo que le ofreces.

Y tú, ¿tienes en claro qué beneficios aportas?